Porque lo sencillo también puede ser especial.
Hay algo muy reconfortante en una quesadilla bien hecha. Y cuando le pones quesillo artesanal, espinacas frescas y champiñones salteados… la magia sucede.
Esta receta es ideal para una comida ligera, rápida y con mucho sabor, perfecta para esos días donde quieres algo rico sin complicarte la vida.